Lagunita, los orígenes
Un jardín para Caracas
Caracas apenas comenzaba a sacudirse su modorra de pueblo grande, un grupo de hombre trabajadores y con fe, emprendían lo que muchos calificaban de utopía: convertir una vasta extensión de cerros y lagunas en el jardín residencial más hermoso que idealizaban para la capital de la República.
Entonces la que se denominaba “Hacienda La Lagunita” (más conocida por haber pertenecido al general Elezar López Contreras que por sus posibilidades urbanísticas) era una extensión de terreno accidentado…
Una negociación que lo cambió todo
El pequeño poblado de El Hatillo constituía para aquellos años, el punto de enlace más cercano con la civilización. Y fue en la única pensioncita de El Hatillo, donde los fundadores de la urbanizadora La Lagunita S.A., dirimieron importantes acometidas para dominar los desafiantes obstáculos naturales del agreste sector.
Primero tuvieron que negociar larga y duramente con quien había comprado los terrenos al expresidente López Contreras. Don Ricardo Emilio Beiner se resistía a venderlos, apegado como estaba a la querencia de sus predios agropecuarios. Solo una tentadora oferta terminó por hacerlos ceder; no sin antes imponer algunas condiciones personales.
Los Pioneros
La primera junta directiva quedó integrada por los señores: Gustavo A. San Román, Santiago Alfonzo Rivas, Luis Wannoni Lander y Moises Benacerraf, como Directores Principales; acompañados por los suplentes: Leopoldo Martínez Olavarría, Ildelfonso Itriago, Oscar Suárez Flamerich, Oesistein Halvorssen, Carlos Fernández de Caleya, Ricardo Zuloaga. Eloy Anzola Montaubán y Rafael Alfonzo Ravard. El ingeniero Antonio J. Carbonell fue nombrado gerente general.
El primer presidente de La Lagunita S.A, fue el señor Gustavo A. San Román, un mexicano arraigado en nuestro país, que dejó grandes muestras de su capacidad como urbanizador en Las Colinas de San Román, Las Mercedes, Valle Arriba, El Cafetal, Santa Cecilia, etc. Su gran visión supo vislumbrar el exitoso desarrollo de los terrenos.
500 hectáreas para empezar
La extensión adquirida originalmente, comprendía 4.339.369,40m2
Se procedió a elaborar diseños urbanísticos de la misma y se construyó una maqueta para poder ofrecer a la venta las primeras parcelas.
La escogencia de las parcelas se realizó por sorteo y el comprador de cada solar tenía derecho a una acción del Club, obra que se inició simultáneamente con la Urbanización.
Entregados a tiempo completo al trabajo arduo y agobiante, fueron muchos los jueves que San Román, Wannoni, Alfonzo y Benacerraf tuvieron que compartir el aludido menú de caraotas, plátano y arroz en la pensioncita de El Hatillo.
Un Club Mundialista.
Como quiera que la atracción central del proyecto urbanístico giraba en torno a un moderno y extenso club golfístico fundamentalmente, los pioneros acometieron con el mismo empeño tanto la urbanización de los sectores residenciales, como la construcción de las instalaciones del centro social y deportivo que, poco después terminaría funcionando con entera autonomía como el Lagunita Country Club.
Desde el primer momento aseguraron los servicios de los mejores profesionales del país en materia de ingeniería y arquitectura, y cuando fue preciso traer especialistas del exterior sin vacilar.
Contrataron al famoso arquitecto paisajista brasileño Roberto Burlemarx, quien fue traído especialmente, para proyectar lo relacionado con las obras de arborización y paisajismo de la urbanización.
Sus trabajos fueron inspeccionados por el sabio botánico venezolano Leandro Aristiguieta, y para diseñar el campo de golf, fue contratado el señor Dick Wilson, experto recomendado por la Asociación de Golfistas Profesionales (P.G.A) de los Estados Unidos de América reconocida autoridad mundial en la materia de arquitectura deportiva, y la obra fue supervisada por el Sr. Joseph Lee.
En 1959 se inauguró la sede provisional del Club y los socios pudieron comenzar a disfrutar de los primeros nueve (9) hoyos. Dos años más tarde se completarían los dieciocho (18) hoyos, además de un tee y un Green de práctica.
Para 1963 ya estaba totalmente concluído el edificio principal del Club y se adelantaban otras obras complementarias.
Un club de talla mundial
El campo de Golf del Club Lagunita fue proyectado y ejecutado conforme a las más avanzadas técnicas de la materia, superando fallas de otros campos existente en Venezuela y bajo las normas y especificaciones de las instituciones que rigen a este deporte a nivel universal. Esto más la original concepción y excelente mantenimiento, lo ubicaron pronto en la vanguardia del país y hoy por hoy esta conceptuado como uno de los mejores del mundo.
Esta cancha lagunitera, ha sido escenario de dos campeonatos mundiales (amateur y profesional) y de incontables eventos de transcendencia internacional, como eliminatorias mundialistas, campeonatos suramericanos e intercontinentales, etc.
Desarrollo Sostenido
La Lagunita, S.A. ha mantenido un desarrollo sostenido e indetenible, dentro de su área de influencia. La acción urbanística ha transcendido mucho más allá de los cálculos iniciales, en virtud de la gran aceptación demostrada por la colectividad en cuanto a los planes y realizaciones.
En 1961 se terminó el urbanismo de las primeras doscientas parcelas de la denominada Zona “B” y un año más tarde se concluye la totalidad de las obras de urbanismo del sector, con 239 lotes. Estas parcelas se elevarían a 415 en 1963, con la terminación del desarrollo de la Zona “A”.
En este mismo periodo para el año de 1960 asume la presidencia de la empresa el reputado profesional de la ingeniería Luis Wannoni Lander, uno de los motores iniciales de la compañía, y bajo su experta dirección se llevaron a cabo todas las actividades de la empresa, cuyo legado se mantiene hasta el presente.
Wannoni dejó sus afectos vitales sembrados en esta urbanización y de ella cosechó orgullo y satisfacción.